La deliberación del jurado para el juicio de Richard Henry Bain se convirtió en una de las más largas de la historia canadiense cuando terminó después de 11 días.
Duró tanto como el juicio para el ex líder de Hells Angels, Maurice (Mamá) Boucher, a los 11 días, y el granjero de cerdos de Columbia Británica, Robert Pickton, a los nueve días.
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Juran tomar una decisión unánime, explicó, y no pueden ser influenciados por el mundo exterior mientras deliberan. Por lo tanto, el jurado queda aislado o aislado del público durante el tiempo que trabaja en su veredicto. Las ocho mujeres y los seis hombres que integraron el jurado en el juicio de Bain tenían que estar siempre en presencia de agentes especiales, guardias de la corte, para asegurarse de que no tuvieran ningún contacto con sus familias, Internet, periódicos o televisión.
«Si quieren ver una película, pueden reunirse en una habitación y conseguir una película», dijo Verret.

Generalmente, el jurado trabaja de 8:30 a. m. a 4: 30 p. m., viajando diariamente desde su hotel a una sala de conferencias en el Palacio de Justicia de Montreal, dijo Verret.
«Establecen su propio horario», dijo Verret. «Pueden trabajar hasta las 8:30 de la noche si quieren, o pueden tomarse una hora y media para almorzar; ellos deciden.»
Una cosa que los jurados no pueden hacer es disfrutar de las comodidades del hogar. En su mayoría reciben almuerzos y cenas para llevar de restaurantes, o comidas preparadas, y tienen limitaciones en cómo pueden pasar su tiempo libre. Ir a un gimnasio para hacer ejercicio es un no-no, pero se les permite ir a caminar, siempre y cuando sean escoltados por los fiscales especiales, dijo Verret.
«Así que a veces van en grupo a dar un paseo», dijo Verret.
Si los miembros del jurado se enferman o necesitan ser hospitalizados, son atendidos, pero aún mientras son escoltados por un guardia (los miembros del jurado de respaldo también son secuestrados y pueden sustituir a los miembros del jurado demasiado enfermos para continuar). Verret dijo que por lo general no se permite hablar con miembros de la familia a menos que haya una circunstancia extrema, y que un juez debe aprobar dicha comunicación. La comunicación con el juez debe hacerse por carta, enviada por los agentes especiales.